El alma que ha visto, lo mejor posible, las esencias y la verdad, deberá constituir un hombre, que se consagrará a la sabiduría, a la belleza, a las musas y al amor. Platón, Fedro o de la belleza.
Perhaps he knew, as I did not, that the Earth was made round so that we would not see too far down the road. Isak Dinesen
Sólo vemos lo que miramos. Mirar es elegir. John Berger
Y cogeré hasta el final de los tiempos, las plateadas manzanas de la Luna, las doradas manzanas del Sol. William Butler Yeats

domingo, 1 de abril de 2012

Hay otros mundos pero están en éste.


"Il y a un autre monde mais il est dans celui-ci"
 La célebre frase escrita a finales del S.XIX por el poeta francés Paul Éluard resume la actual convivencia de distintas realidades. El autor, amante de la vanguardia, me transporta al pasado, a un lugar creado para imaginar "otro mundo". Un mundo que cuenta ya con casi un siglo y medio de existencia.
Retrocedamos un poco en el tiempo. Estamos a principios de Mayo de 1889. Viajo cómodamente sentada en el vagón de un tren a vapor con dirección a París. Supe por un amigo que estudia piano allí, que la ciudad se convertiría por unos meses en la capital mundial del arte, de las vanguardias europeas y que cualquiera que desease experimentar el progreso científico y técnico del momento, debía acudir a la Exposición Universal de París.
Viajo ligera de equipaje. Una maleta pequeña, dos libros y el periódico de la mañana en donde se ofrece un amplio reportaje sobre la ciudad en estos días. "Todo hombre civilizado tiene dos patrias: (escriben hoy día 5 de Mayo), la suya y París". Según cruzamos la frontera leo el programa de fiestas de la Exposición, y el porqué de su celebración: el Centenario de la toma de la Bastilla, el inico de la Revolución Francesa, todo un símbolo nacional.
Tras casi veinte horas de viaje y medio dormida, escucho en el pasillo la llegada a Gare du Nord. Me apeo del tren y por fin salgo al exterior. La ciudad es pura efervescencia. Los carruajes tirados por caballos, los cafés atestados de gente, los bulevares. Atravieso Les Halles (el mercado cubierto) y me encuentro con la mayor concentración de frutas exóticas que jamás había visto. El edificio que guarda el mercado es colosal. Entre 1852 y 1870 el arquitecto, Victor Baltard, proyectó los doce pabellones con el techo y paredes de cristal junto a, no sé cuántas columnas de hierro. Y me pregunto: si ésto es un mercado, qué me encontraré ahí fuera.

Les Halles

Atravieso el río Sena por el Pont des Arts con dirección a la Abadía de Saint-Germain des-Prés, la cual me servirá como punto de referencia ya que he reservado una pequeña habitación de hotel cercano a ella. Es increíble según paseo por las calles la magnificencia de esta ciudad. Durante el viaje he leído casi en su totalidad el libro de "Memorias" escrito por el ingeniero que contrató Napoleón III para dar la vuelta a toda una urbe marcada por un pasado medieval. El autor del libro, el ingeniero George Eugêne Hausmman, diseñó entre 1852 y 1870 el París de los bulevares, de las grandes avenidas, toda una renovación urbana al más puro estilo clasicista. Al fin diviso la abadía benedictina. Mi hotel está cerca...
Anoche no pegué ojo, no podía parar de imaginarme la Exposición. Me he levantado temprano con un claro objetivo: llegar cuanto antes al parque del Champ-de-Mars. Estoy ansiosa por visitar la explanada donde se concentran la totalidad de los pabellones y algo que llaman...la torre Eiffel?

Pabellón argentino

Hoy es 6 de Mayo, el día en que se inagura la Exposición. Hay tanta gente que me cuesta llegar a la puerta de entrada. Mi objetivo es visitar primero el pabellón argentino y seguir a la aventura. La Exposición se ubica en un área rectangular de 1 Km2 compuesta por cerca de 80 edificios, siendo el más importante La Galerie des Machines. Se trata de un mastodóntico edificio alargado de unos casi 420 metros de largo y 115 de ancho. Así la describe el arquitecto Jourdain "La galería de las máquinas, con su fantástica nave de 115 metros sin tirantes, su vuelo audaz, sus proporciones grandiosas y su decoración inteligentemente violenta, es una obra de arte tan bella, tan pura, tan original y tan elevada como un templo griego o una catedral". Otro de los atractivos de la Expo es la llamada Historia de la Habitación, creada por Charles Garnier, el diseñador de la ópera de París. Se trata de un conjunto organizado en dos categorías: una prehistórica y otra histórica. En la prehistórica hay estructuras simples ambientadas en hábitats naturales (bosques, rocas, grutas). En la segunda, estructuras de civilizaciones primitivas dan vida y forma a una empequeñecida Asiria y Mesopotamia que ocupan toda mi atención.

Galería de las Máquinas

Me propongo visitar, ahora en compañía de Gêorge, "Le Village Nègre" (el pueblo negro) una atracción donde se muestran 400 negros y que para muchos supone un orgullo nacional. La conquista del hombre blanco ante la barbarie de los pueblos colonizados. Me cuenta mi amigo que ante el marco de la celebración de "igualdad, fraternidad y libertad" se exhiben cientos de indígenas denominados Shelkman u Onas procedentes del sector norte de la Isla Grande de Tierra de Fuego, ubicada en el extremo austral del continente americano. Maurice Maître los capturó en la bahía de San Felipe y se los trajó a París encadenados, con el objetivo de exhibirlos al público. Los mantienen en jaulas y durante la noche les dan de comer como animales. Es lo más parecido a un zoológico humano.


Creo que ha llegado el momento de visitar la joya de tan (sublime) celebración. La Torre Eiffel es..., bueno no sé si puedo describirla en una, dos o tres palabras, creo que nadie hasta ahora había contemplado un amasijo de hierros tan bien colocados. Se necesitaron casi dos años para poner en pie las casi 6900 toneladas de hierro. Varios artistas entre los que se encuentran Alexander Dumas, Charles Garnier o Zola han escrito una carta abierta condenando la torre. La ven como un monstruoso artefacto que destruía el bello perfil de la ciudad, "torre vertiginosa y ridícula que domina París, como una gigantesca y oscura chimenea de fábrica". A pesar de las críticas y el malestar del pueblo parisino por la creación de no se sabe qué clase de artefacto con forma de embudo invertido, la torre está siendo bien acogida por los visitantes de la Expo. Es curioso, cuentan que el año pasado, con motivo de la Exposición Universal de 1888, Gustave Eiffel ofreció construir la torre en Barcelona pero que por razones presupuestarias se desechó el proyecto.



Mi cicerone parisino ya ha hecho planes para esta tarde. Hemos quedado con un compañero del conservatorio, Claude Debussy, para ir a escuchar un recital de música javanesa que se llama gamelan o algo parecido. Se trata de un conjunto instrumental tradicional de las islas de Java y Bali y por lo que me cuentan, utilizan metalófonos, xilófonos, tambores y gongs. No tengo ni idea de cómo sonará pero parece que emiten un suave flujo de sonido atemporal asociado al canto y la danza. Eso seguro que nos da ganas de beber, y celebrar, y perdidos en la noche parisina, la torre Eiffel nos parecerá una enorme pagoda.



Exposiciones Universales de París

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