Géiser (foto tomada por Luis García) |
13.341 kilómetros son la distancia que hay y separa a las islas Zanzíbar de Reikiavik, y viceversa. En principio, yo no encuentro ninguna relación ni semejanza a estos dos lugares de la tierra, sin embargo Xavier Moret, escritor y periodista nacido en Barcelona en 1952, sí. Es más, decide escribir un libro sobre Zanzíbar, en otra isla, Islandia.
Apasionado de los viajes y la literatura, Moret viaja en el verano de 2001 a Islandia con el propósito de escribir o terminar una novela. Allí descubre un lugar mágico, descrito anteriormente por otro enamorado de la isla--Islandia "fría rosa, isla secreta"--, palabras de Borges--¿y qué es lo que hace? pues adentrarse en las entrañas de sus volcanes, visitar sus pueblos diseminados por la superficie de la isla, alucinar con los géiseres, lagos, glaciares, beberse unas cuantas cervezas en sus incontables bares e interesarse por personajes famosos y relevantes que han hecho de este lugar algo más que un destino turístico.
Así surge La isla secreta, como un géiser. Su lectura te transportará, es divertida, cargada de anécdotas y, si lo que te apetece es pasar unas horas soñando que viajas a otro mundo, la naturaleza de Islandia te lo proporcionará.
Cuando en 1965 la NASA buscó un sitio parecido a la Luna para entrenar a los astronautas del proyecto Apolo, eligió Islandia, y más en concreto la zona de Askja, una gran caldera volcánica del centro de la isla que no quedaba muy lejos de donde nos encontrábamos. A su alrededor se extiende el mayor campo de lava del mundo, que ocupa una superficie de 4.500 kilómetros cuadrados. El lugar es tan inhóspito que el vulcanólogo Gudmundur E. Sigvaldson manifestó en cierta ocasión: "Askja es u lugar muy primitivo. Es el inicio de todo...O el fin" (...) en Islandia los volcanes están por todas partes. Al Hekla, el volcán más importante de la isla, se le conoció durante mucho tiempo como la Puerta del Infierno y sólo en 1750 cuando dos estudiantes daneses coronaron la cima sin problemas, empezaron los islandeses a pensar que quizá la montaña no era tan maligna. El peor momento de la isla llegó en el siglo XVIII, cuando el volcán Laki entró en erupción y el rey de Dinamarca llegó a plantearse la evacuación total de la isla (...) Tras la erupción del Askja en 1875, fueron muchos los granjeros que optaron por emigrar a los Estados Unidos.
La siguiente parada fue en Godafoss, que significa literalmente "Cascadas de los Dioses". Se llaman así porque, según la leyenda, los islandeses lanzaron por ellas a sus dioses paganos cuando abrazaron el cristianismo en el año 1000.
(...) La poesía eddica, anterior a la sagas, permite una excelente inmersión en la mitología y en la cosmogonía vikingas. De hecho, dos obras importantes de la antigua literatura islandesa llevan el nombre de Edda. La Edda Mayor se inicia con la "Visión de la Adivina". El dios Odín interroga a una adivina sobre el destino de los dioses y de la tierra, y ésta recuerda un tiempo anterior en el que no había "ni arenas ni mar". La adivina habla de un tiempo remoto en el que "no sabía el sol qué morada tenía, no sabían las estrellas qué puestos tenían, no sabía la Luna qué poder tenía"
Me sentí como si participara en una de esas películas en las que la vida de un pueblo se ve alterada con la llegada de un forastero con un ambicioso plan bajo el brazo. Algo así como Bienvenido Mister Marshall o, mejor aún, Local Hero, una película británica de 1983 (...) En Djúpivogur, sin embargo, no había ni trampa ni cartón. tanto el pueblo como el fiordo y sus gentes eran auténticos y yo no podía evitar sentirme como un personaje de Local Hero.
-Los salmones son muy suyos-comentó-. No crían en cualquier parte. Hemos elegido este fiordo porque reúne las condiciones ideales. La temperatura del agua y la profundidad son correctas...Las perspectivas del negocio son buenas y los del pueblo están encantados con la granja, ya que dará trabajo a mucha gente.
-¿Y qué opinan los ecologistas?
-Se quejan...
-En 1957 o 1958 vine por primera vez a Islandia-recordó Salinas-. Viajé en barco y paramos en las islas Feroes. Enseguida me gustó. Siempre me han gustado las islas. Pero entonces este país era muy distinto. Sólo había granjeros y pescadores. Reikiavik, que ahora es tan cosmopolita, tenía sólo dos bares en aquellos años. Uno de ellos era el del Hotel Borg. Abrían a las seis de la tarde y a las cuatro ya había cola, puesto que sólo entraban los que cabían. El resto se tenía que esperar a que saliera alguien para poder entrar.
En los días que siguieron me fijé especialmente en la gente que bebía en los bares. Tenía razón Salinas: bebían de un modo compulsivo, como si tuvieran prisa por desprenderse de los demonios que los atormentaban. Cuando estaban ebrios, se mostraban más comunicativos, reían abiertamente y proclamaban su felicidad. Pasadas veinticuatro horas, sin embargo solían caer en un silencio ensimismado, taciturno, como si se arrepintieran de los excesos de la noche anterior (...) Cuando un islandés disfruta, piensa en el fondo que no está haciendo nada de provecho y se autoflagela. Por eso les da por ponerse tristes después de beber-Parece ser que esto les viene por el carácter protestante, mentalidad del autocastigo-
- Cuando llegué por priemra vez a Islandia, en 1961, el país era muy distinto de como es ahora, mucho más atrasado-me comentó de entrada-.
Islandia era entonces un país aislado y se sabía muy poco de él. Recuerdo que antes de marchar consulté la Enciclopedia Espasa y sólo había una foto de unos niños llenos de mocos. En España no se sabía nada de Islandia (...) Aquí ven el infierno como un lugar helado. Es curioso. Para nosotros es el fuego; para ellos, el frío. Asocian el infierno con el hielo. Por eso dicen que el invierno es infernal. Pero, de todas maneras, la gente le suele dar la bienvenida al invierno, porque es un tiempo propicio para la reflexión, para la introspección, para quedarse en casa, para leer...Deberías venir en invierno: encontrarás un país distinto. "Imagínate un país donde tienes todas las expresiones del agua: vapor, hielo, lluvia, nubes, ríos, géiseres, glaciares, mar..."
-Mientras recorría aquellos solitarios, lejos ya de la carretera principal, recordé una vez más el documento del profesor, Arne Saknussemm citado por Jules Verne: "Desciende por el cráter del Snaefellsjökull cuando la sombra de Scartaris lo acaricie, antes de las calendas de julio, viajero audaz, y llegarás al centro de la Tierra. Yo lo hice"
Según el biógrafo Herbert Lottman, Verne, que nunca estuvo en Islandia, escribió esta novela en 1864 movido por la fascinación que le producían los volcanes y por los descubrimientos científicos de la época. Poco después de la publicación del libro, sin embargo, el diario Le Figaro publicó una carta en la que un tal René de Pont-Jest acusaba a Verne de plagio. Según Lottman, "Pont-Jest, en efecto había escrito lo que él llamaba un cuento filosófico, cuyo título era La cabeza de Mimers, que había aparecido en la Revue contemporaine en septiembre de 1863. El protagonista del cuento descubre un antiguo manuscrito rúnico que revela el lugar donde está enterrada, en la cumbre de una montaña noruega, la cabeza de un sabio. Se hallan en esa cabeza los secretos de la ciencia universal y quien la encuentre podrá poseerlos".
Xavier Moret. La isla secreta. Un recorrido por Islandia. Biblioteca Grandes Viajeros. 2002 (Premio Grandes Viajeros 2002)
Volcán Hekla |
Godafoss |
Elfos y salmones
Xavi Moret se tropieza durante su estancia en la isla con un proyecto similar a uno de esos tantos en los que te viene un extranjero representando a una gran multinacional y te vende en tus narices y en una milésima de segundo la panacea para todo un pueblo, en este caso una granja de salmones.Me sentí como si participara en una de esas películas en las que la vida de un pueblo se ve alterada con la llegada de un forastero con un ambicioso plan bajo el brazo. Algo así como Bienvenido Mister Marshall o, mejor aún, Local Hero, una película británica de 1983 (...) En Djúpivogur, sin embargo, no había ni trampa ni cartón. tanto el pueblo como el fiordo y sus gentes eran auténticos y yo no podía evitar sentirme como un personaje de Local Hero.
-Los salmones son muy suyos-comentó-. No crían en cualquier parte. Hemos elegido este fiordo porque reúne las condiciones ideales. La temperatura del agua y la profundidad son correctas...Las perspectivas del negocio son buenas y los del pueblo están encantados con la granja, ya que dará trabajo a mucha gente.
-¿Y qué opinan los ecologistas?
-Se quejan...
Café de París
Xavier Moret durante su dilatada estancia en la isla entabla amistad con uno de los grandes de las letras, Jaime Salinas (Argelia 1925-Islandia 2011) hijo del poeta Pedro Salinas, educado en Argelia y Estados Unidos. Uno de sus primeros trabajos se desarrolló en la editorial Seix Barral donde entró en contacto con la llamada Escuela de Barcelona y allí se hizo amigo de Gabriel Ferrater, Josep María Castellet, Carlos Barral y Jaime Gil de Biedma.-En 1957 o 1958 vine por primera vez a Islandia-recordó Salinas-. Viajé en barco y paramos en las islas Feroes. Enseguida me gustó. Siempre me han gustado las islas. Pero entonces este país era muy distinto. Sólo había granjeros y pescadores. Reikiavik, que ahora es tan cosmopolita, tenía sólo dos bares en aquellos años. Uno de ellos era el del Hotel Borg. Abrían a las seis de la tarde y a las cuatro ya había cola, puesto que sólo entraban los que cabían. El resto se tenía que esperar a que saliera alguien para poder entrar.
En los días que siguieron me fijé especialmente en la gente que bebía en los bares. Tenía razón Salinas: bebían de un modo compulsivo, como si tuvieran prisa por desprenderse de los demonios que los atormentaban. Cuando estaban ebrios, se mostraban más comunicativos, reían abiertamente y proclamaban su felicidad. Pasadas veinticuatro horas, sin embargo solían caer en un silencio ensimismado, taciturno, como si se arrepintieran de los excesos de la noche anterior (...) Cuando un islandés disfruta, piensa en el fondo que no está haciendo nada de provecho y se autoflagela. Por eso les da por ponerse tristes después de beber-Parece ser que esto les viene por el carácter protestante, mentalidad del autocastigo-
Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Carlos Barral y Josep María Castellet |
El pintor catalán
Una de las visiones del país a tener en cuenta es la que nos proporciona el pintor Baltasar Samper (Barcelona 1938), lleva más de cuarenta años viviendo en la isla y yo creo que a estas alturas lo debe de saber todo o casi todo lo que acontece por esos lares.- Cuando llegué por priemra vez a Islandia, en 1961, el país era muy distinto de como es ahora, mucho más atrasado-me comentó de entrada-.
Islandia era entonces un país aislado y se sabía muy poco de él. Recuerdo que antes de marchar consulté la Enciclopedia Espasa y sólo había una foto de unos niños llenos de mocos. En España no se sabía nada de Islandia (...) Aquí ven el infierno como un lugar helado. Es curioso. Para nosotros es el fuego; para ellos, el frío. Asocian el infierno con el hielo. Por eso dicen que el invierno es infernal. Pero, de todas maneras, la gente le suele dar la bienvenida al invierno, porque es un tiempo propicio para la reflexión, para la introspección, para quedarse en casa, para leer...Deberías venir en invierno: encontrarás un país distinto. "Imagínate un país donde tienes todas las expresiones del agua: vapor, hielo, lluvia, nubes, ríos, géiseres, glaciares, mar..."
Viaje al centro de la Tierra
Existen tentaciones, destinos secretos, sueños que se cumplen y otros que no, pero visitar Islandia requiere, si te gusta la fantasía... fantasear con uno de los relatos más fascinantes que jamás se han escrito, y este es "Viaje al Centro de la Tierra" de Jules Verne.-Mientras recorría aquellos solitarios, lejos ya de la carretera principal, recordé una vez más el documento del profesor, Arne Saknussemm citado por Jules Verne: "Desciende por el cráter del Snaefellsjökull cuando la sombra de Scartaris lo acaricie, antes de las calendas de julio, viajero audaz, y llegarás al centro de la Tierra. Yo lo hice"
Según el biógrafo Herbert Lottman, Verne, que nunca estuvo en Islandia, escribió esta novela en 1864 movido por la fascinación que le producían los volcanes y por los descubrimientos científicos de la época. Poco después de la publicación del libro, sin embargo, el diario Le Figaro publicó una carta en la que un tal René de Pont-Jest acusaba a Verne de plagio. Según Lottman, "Pont-Jest, en efecto había escrito lo que él llamaba un cuento filosófico, cuyo título era La cabeza de Mimers, que había aparecido en la Revue contemporaine en septiembre de 1863. El protagonista del cuento descubre un antiguo manuscrito rúnico que revela el lugar donde está enterrada, en la cumbre de una montaña noruega, la cabeza de un sabio. Se hallan en esa cabeza los secretos de la ciencia universal y quien la encuentre podrá poseerlos".
Ilustraciones de Éd0uard Riou para la 1ª edición 1864 |
Xavier Moret. La isla secreta. Un recorrido por Islandia. Biblioteca Grandes Viajeros. 2002 (Premio Grandes Viajeros 2002)
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