Comienzo a leer el último libro publicado de Luis Pancorbo, Auroras de Medianoche (editorial Fórcola, 2013) y en el prólogo de inicio, escrito por uno de los hombres que más sabe de América Latina, Manuel Lucena, aparece la figura de Carlos Linneo (1707-1778). Este hombre, conocido por ser el inventor de la taxonomía binaria basada en la determinación de género y especie, hizo un viaje a Laponia en 1732 en el que se fijó por este orden, en los líquenes, los renos y los sombreros de las indígenas Samis-no sabemos si las usuarias también le interesaron.
Mientras releo el prólogo no dejo de sorprenderme con este personaje que nos ha dejado la Historia. Su relación con el botánico holandés Herman Boerhaave le proporciona la llave para futuras expediciones a Suráfrica y América pero Linneo declina tan maravillosa oferta, el porqué...; parece ser que el calor le afectaba demasiado.
Lucena nos cuenta como Linneo diseña un plan muy estratégico. No sería él quien se embarcaría en arriesgadas expediciones botánicas y zoológicas (algunas sin retorno), ni a las enfermedades de los países tropicales: la malaria, la fiebre amarilla, el dengue, el tifus...Linneo fue más inteligente que todo eso, reunió a un grupo de amados discípulos que correrían con semejantes peligros (no a todo el mundo le gusta viajar).
Captain James Cook, Sir Joseph Banks, Lord Sandwich, Dr Daniel Solander and Dr John Hawkesworth. Oil on canvas, 120 x 166 cm. By Hamilton Mortimer (1771) |
Entre los discípulos o apóstoles (pastores luteranos que ejercían al mismo tiempo una labor evangélica) que escogió La Compañía Sueca de las Indias Orientales nos encontramos a Christopher Tärnström (1703-1746). Su primer y único destino fue el Sudeste Asiático a bordo del navío Calmar. Estudió y describió la flora de Java y del Archipiélago de Poulo Condor al Sur de Viêtnam, un paradisíaco lugar que sirvió como prisión durante la colonización francesa en Indochina. Pero nunca regresó a Suecia. Murió al poco de tiempo de comenzar su trabajo de campo. Las causa: fiebres tropicales.
Otro de los discípulos elegidos para recorrer el Globo en busca de especies botánicas fue Pehr Löfling (1729-1756). Por azares del destino, Fernando VI (apodado El Prudente) rey de España, invita a Linneo para embarcarse como botánico de la Corte en una de las expediciones más audaces de la época. Se trataba de la Expedición de Límites al Orinoco, que establecía los límites con Portugal y sus posesiones en Sudamérica. De nuevo Linneo rechaza tan magna gesta y declina en Löfling para el viaje...(aquellas eran tierras calurosas, con un clima tropical insoportable). Löfling-como buen discípulo-acepta y se embarca rumbo a las Américas en busca de nuevos ejemplares botánicos, zoológicos, pero el objetivo principal era un estudio especial sobre la canela. Durante su estancia en Venezuela redacta dos manuscritos que se conservan en el Real Jardín Botánico de Madrid. Ambos forman parte de la primera descripción botánica que se tiene del país-hasta la fecha ningún botánico había estudiado su flora y fauna-uno es "Primer Borrador de la Flora Cumanensis" y "Flora Cumenensis" (de vital importancia para el trabajo a posteriori que le dedicó Linneo en la elaboración de Plantae Americanun). Para Löfling también fue breve su estancia en Venezuela, a los dos años de llegar cae enfermo de fiebres tropicales y muere. Otro caso más de la dureza y de las condiciones adversas del territorio. Linneo lo seguía teniendo claro...
El siguiente en la lista de decesos fue Fredic Hasselquist (1722-1752). Manuel Lucena en el divertido y socarrón prólogo de Auroras de Medianoche nos cuenta sin tapujos la obsesión que tenía Hasselquist por las mujeres de los harenes otomanos, incluso cuenta en algunas cartas que fue castrado por haberse metido donde no debía. Hizo bien...aprovechó el tiempo, más que nada porque como a sus colegas de expedición la muerte le esperaba durante el viaje de vuelta. Visitó partes de Asia Menor, Egipto, Palestina, pero su constitución (ya debilitada) y la fatiga del viaje acaban con su vida cerca de Esmirna.
Pero para darle un toque optimista a tanta defunción hablemos de un hombre que sí sobrevivió a las expediciones, a los viajes, a las fiebres, a las tormentas. Daniel Solander (1733-1782) fue otro de los discípulos que tras sus estudios en la Universidad de Upsala junto a Linneo decide marcharse a Inglaterra y formar parte de la Royal Society para el avance de la ciencia natural-Royal Society of London for Improving Natural Knowledge-la más antigua sociedad científica del Reino Unido y una de las más antiguas de Europa. Así fue como Solander embarca en el Endeavour junto al gran James Cook en la que ya es conocida como una de las más famosas circunnavegaciones al globo. Esta aventura comenzó un 26 de Agosto de 1768. Casi 30.000 plantas fueron recolectadas, así como insectos y animales, que nunca puso a disposición de Linneo. Entre sus planes de vida no contemplaba regresar a Suecia, prefirió quedarse en Inglaterra y continuar allí sus investigaciones. Murió a los 49 años en Inglaterra, pero no de fiebres tropicales...
Otro de los discípulos elegidos para recorrer el Globo en busca de especies botánicas fue Pehr Löfling (1729-1756). Por azares del destino, Fernando VI (apodado El Prudente) rey de España, invita a Linneo para embarcarse como botánico de la Corte en una de las expediciones más audaces de la época. Se trataba de la Expedición de Límites al Orinoco, que establecía los límites con Portugal y sus posesiones en Sudamérica. De nuevo Linneo rechaza tan magna gesta y declina en Löfling para el viaje...(aquellas eran tierras calurosas, con un clima tropical insoportable). Löfling-como buen discípulo-acepta y se embarca rumbo a las Américas en busca de nuevos ejemplares botánicos, zoológicos, pero el objetivo principal era un estudio especial sobre la canela. Durante su estancia en Venezuela redacta dos manuscritos que se conservan en el Real Jardín Botánico de Madrid. Ambos forman parte de la primera descripción botánica que se tiene del país-hasta la fecha ningún botánico había estudiado su flora y fauna-uno es "Primer Borrador de la Flora Cumanensis" y "Flora Cumenensis" (de vital importancia para el trabajo a posteriori que le dedicó Linneo en la elaboración de Plantae Americanun). Para Löfling también fue breve su estancia en Venezuela, a los dos años de llegar cae enfermo de fiebres tropicales y muere. Otro caso más de la dureza y de las condiciones adversas del territorio. Linneo lo seguía teniendo claro...
Cinnamonum verum (canela) |
El siguiente en la lista de decesos fue Fredic Hasselquist (1722-1752). Manuel Lucena en el divertido y socarrón prólogo de Auroras de Medianoche nos cuenta sin tapujos la obsesión que tenía Hasselquist por las mujeres de los harenes otomanos, incluso cuenta en algunas cartas que fue castrado por haberse metido donde no debía. Hizo bien...aprovechó el tiempo, más que nada porque como a sus colegas de expedición la muerte le esperaba durante el viaje de vuelta. Visitó partes de Asia Menor, Egipto, Palestina, pero su constitución (ya debilitada) y la fatiga del viaje acaban con su vida cerca de Esmirna.
Le Bain Turc. Jean Ingres (1862) |
Pero para darle un toque optimista a tanta defunción hablemos de un hombre que sí sobrevivió a las expediciones, a los viajes, a las fiebres, a las tormentas. Daniel Solander (1733-1782) fue otro de los discípulos que tras sus estudios en la Universidad de Upsala junto a Linneo decide marcharse a Inglaterra y formar parte de la Royal Society para el avance de la ciencia natural-Royal Society of London for Improving Natural Knowledge-la más antigua sociedad científica del Reino Unido y una de las más antiguas de Europa. Así fue como Solander embarca en el Endeavour junto al gran James Cook en la que ya es conocida como una de las más famosas circunnavegaciones al globo. Esta aventura comenzó un 26 de Agosto de 1768. Casi 30.000 plantas fueron recolectadas, así como insectos y animales, que nunca puso a disposición de Linneo. Entre sus planes de vida no contemplaba regresar a Suecia, prefirió quedarse en Inglaterra y continuar allí sus investigaciones. Murió a los 49 años en Inglaterra, pero no de fiebres tropicales...
Endeavour |
El goteo de expediciones continuaron a lo largo del siglo XVIII. Recordemos que éste siglo fue crucial para el desarrollo e investigación de la Botánica. A todos nos viene el recuerdo de esa maravillosa película "Mutiny on the Bounty" (1962) dirigida por Lewis Milestone. El argumento ya lo conocemos pero no viene mal recordar el objetivo final de la expedición: recolectar en Tahití la mayor cantidad del Árbol del pan (Artocarpus altilis) y trasladarlo a Jamaica (por entonces colonia inglesa). Los usos terapéuticos de esta planta fueron decisivos para el avance de la medicina, se empleaba contra la ciática, diarrea, disentería así como para reducir la presión sanguínea y el asma. Podría seguir hablando sobre dicha película y no tener un tope, un fin; es una de las joyas cinematográficas que idolatro, la adoro...pero volvamos a Linneo.
Como venía contando Linneo sólo realizó un viaje a Laponia que le valió para toda una vida. Su expedición comenzó un 22 de Mayo de 1732. Lo hizo a pie y a caballo llevando consigo su diario, manuscritos botánicos, ornitológicos y hojas para herborizar plantas. Pretendía encontrar nuevas plantas, animales y valiosos minerales, así como adentrarse en la cultura Sami, pastores de renos nómadas que deambulaban por las grandes tundras de Escandinavia. Linneo describió de manera exhaustiva todo el material que encontró en su viaje, pero por lo que sé de él hasta ahora (que no es mucho), no se paró a describir el efecto que producen en el ser humano el magnífico espectáculo y contemplación de las Auroras Boreales. Luis Pancorbo las describe así: (...) pero siempre en Diciembre, hacia las tres de la tarde, cuando ya se va a hacer de noche, se produce un fenómeno tan emocionante, al menos para uno, que nunca me canso de verlo. Es el momento azul (sininen hetki), cuando las sombras se rebelan y parecen querer despedirse no con un atardecer al estilo meridional, de fuego y cobre, sino tiñendo todo, árboles, casas, cielo y nieve, de un azul fugaz, intenso, como hecho al mismo tiempo de silencio, y que pasa como una exhalación antes de que la noche se desplome.
En 1731 Linneo creó un sistema de nomenclatura binomial para clasificar a los seres vivos: la primera letra indicaba el género, a la que seguía el nombre de la especie. Asimismo agrupó los géneros en familias, éstas en clases y las clases en reinos. Este sistema le permitió tipificar y clasificar más de 8.000 especies animales y 6.000 vegetales. En 1753 publicó Species Plantarum, obra que dio comienzo a la nomenclatura moderna en biología. Murió a los 71 años por un ataque de apoplejía.
Carolus Linnaeus by Hendrik Hollander (1853) |