El alma que ha visto, lo mejor posible, las esencias y la verdad, deberá constituir un hombre, que se consagrará a la sabiduría, a la belleza, a las musas y al amor. Platón, Fedro o de la belleza.
Perhaps he knew, as I did not, that the Earth was made round so that we would not see too far down the road. Isak Dinesen
Sólo vemos lo que miramos. Mirar es elegir. John Berger
Y cogeré hasta el final de los tiempos, las plateadas manzanas de la Luna, las doradas manzanas del Sol. William Butler Yeats

sábado, 8 de julio de 2017

Enviado especial a las Highlands


Copyright Mauricio & Patri

Llega el verano y como cada año uno empieza a pensarse si es el momento de hacer un viaje o soñar con él.
Yo, en principio me reservo a que los vientos alisios me sonrían, y quizás con un poco de suerte embarcar hacia lo desconocido...
Estos días recorren las Highlands una pareja de grandes viajeros, Mauricio y Patricia, que me envían crónicas de su estancia viajera por Scotland a través de fotos y emoticonos.





Escocia fue para mí un viaje un poco extraño. Sí  ya sé que el verdor, el whisky y la lluvia son siempre un atractivo pero a veces por circunstancias los viajes no son cómo uno los imagina. Pero vayamos a lo interesante.
Escocia se presenta como un respiro, una pequeña esmeralda verde que te despierta las ganas de comerte el paisaje con los ojos. Sólo por hacer una pequeño apunte y aunque nuestros viajeros se lo hayan saltado, he de recomendar visitar la capital, Edimburgo, una joya norteña envuelta en niebla, lluvia y misticismo celta. Sólo con pasear por la ciudad ya sientes un "relajo" merecedor de una brown-ale, esa cerveza que le gustaba beber a Jorge Luis Borges y le hacía brindar por uno de los más ilustres escritores que ha dado esa ciudad y el siglo XIX, me refiero a Robert Louis Stevenson.

Otra de las sorpresas fue "toparnos" en la National Gallery con un cuadro digno de contemplación mesurada, "La Vieja friendo huevos" (1618) de Velázquez (1599-1660), un testimonio pictórico de una época y una España barroca devastada por el hambre, las guerras de religión y la más afilada picaresca.




El cine y la película "La vida privada de Sherlock Holmes" (1970) dirigida por el director Billy Wilder se convirtió en el motivo para visitar Escocia. Sus dos grandes protagonistas, Holmes y Watson, acompañados por la Señorita Irene Adler, se sumergen en una aventura detectivesca a través de las Highlands en busca de un marido "desaparecido" en extrañas circunstancias. A lo largo del trayecto van apareciendo personajes de lo más variopinto, desde unos enanos hasta unos monjes trapenses dispuestos en romería que dan qué pensar. Wilder dijo en una ocasión que ésta había sido su película más íntima y personal y señores...para mi es una obra maestra.




Las películas ambientadas en escenarios escoceses son muchas. Quien no ha visto "Braveheart", "Rob Roy", "Los inmortales", "La trampa", "Local hero" y un larguísimo etc...
Escocia atrae porque la naturaleza sigue siendo virgen, porque el Lago Ness encierra en sus profundidades un misterio envuelto en un marketing de postal, llaveros y menaje con un Nessie caricaturizado de mil formas y maneras y, atrae aún más porque el aire es fresco y el café (aunque malo) te acompaña en el coche mientras recorres el país y escuchas a Nick Drake.


Pd: entrada dedicada a Mauricio y Patricia ¡Feliz viaje!