¡Brillante!, eso me ha parecido la primera temporada de la serie estadounidense "The Knick" dirigida por Steven Soderbergh. A los que estáis enganchados a series esta puede ser una más de las muchas que andan circulando por nuestros monitores pero a mi que me cuesta seguir las últimas tendencias desde luego que The Knick me ha sorprendido, y ¡mucho!.
No voy a destriparla, tampoco a contaros el final, lo que si que voy a hacer es dar algún que otro dato que hará aún más apetecible el verla.
En la serie se entremezcla la sordidez del ambiente y una estética exquisita, todo ello bajo la batuta de su personaje principal, el Doctor John William Thackery, un prominente cirujano en el New York de principios del siglo XX.
La serie se inspira en la historia real del Knickerbocker, un hospital de la zona norte de Manhattan fundado en 1862 y que cerró sus puertas en 1979. La serie no es solo un reflejo de los múltiples experimentos científicos y quirúrgicos de principios de siglo a los que son sometidos los pacientes de Thackery, es alucinante el efecto que produce en una sociedad el descubrir la electricidad, los rayos X, por no hablar del suministro de opiáceos y cocaína. Curiosamente en el año 1900 la cocaína se suministraba de manera legal en farmacias sin necesidad de receta ni prescripción médica.
La serie también es un reflejo de la sociedad neoyorquina, profundamente racista e intolerante, apegada al conservadurismo de las clases altas y con unos elevados índices de corrupción entre sus habitantes. Mafia, trapicheos, abortos ilegales, fumaderos de opio, todo un cóctel riquísimo en desdichas pero que hacen del espectador un consumidor nato.
El Doctor Thackery (interpretado por Clive Owen), está inspirado en la figura de William Halsted (1852-1922), un innovador médico considerado uno de los pioneros de la cirugía moderna. Cursó sus estudios en la Universidad de Columbia viajando a Europa en donde realizaría estudios prácticos en el campo de la anatomía. Su vuelta a los EE.UU le llevaron a un peregrinar por diferentes hospitales de New York, cultivando ya su fama como cirujano. En el campo de la investigación describe la anestesia y el uso de la cocaína y la morfina. Dejando a un lado los eufemismos, Halsted consumía cocaína de manera habitual lo que le llevó a una cura de desintoxicación en el Centro Providence en 1886. No debería hablar de ello, ya que desvelo una parte del tratamiento, pero de ser verdad, dato que aún no he verificado, la Casa Bayer, sí la de las aspirinas, trataba el síndrome de abstinencia de los cocainómanos con la administración de heroína...
John Singer Sargent (1856-1925) pintor impresionista norteamericano, retrata en "The Four Doctors" al grupo de médicos más reconocidos de la época. El cuadro fue pintado en 1905 y de izquierda a derecha vemos a: Welch, Halsted, Osller y Kelly. Aunque en el cuadro abundan los negros y las sombras, se comentaba que debida a la difícil personalidad de Halsted, el tiempo acabaría consumiendo los colores de la pintura...
La serie no sólo trata de vísceras y sangre, lo cierto es que adquiere tal pulso e intensidad que necesitas otra dosis de capítulos conforme vas consumiéndola. Uno de los momentos más singulares y bellos lo protagonizan el Doctor Thackery y la enferma Elkins. Ella, joven y bella tiene una bicicleta azul, la cual utiliza diariamente para acudir a su trabajo en el hospital. Lo curioso es que el Doctor Thackery, experto cirujano, no sabe montar en bicicleta, ese medio de transporte (algo) revolucionario para la época, pero visto por algunos como una diversión. Elkins le mira y le enseña cómo montar en bicicleta; creo que Thackery en ese mismo instante es libre, libre de la cocaína, libre de sus múltiples obsesiones y experimentos quirúrgicos, ¡libre por cinco minutos!
En el año 1890 William Halsted es nombrado jefe de servicio de cirugía del recién inagurado hospital de la Universidad John Hopkins, convirtiéndose en el primer profesor de cirugía de la escuela de medicina. Otra de las anécdotas que se cuentan y basadas en hechos reales es la que aconteció a su ayudante en el quirófano, Caroline Hampton, con la que se casaría después. Pues bien, ella padecía una dermatitis causada por la utilización de antisépticos. Halsted, encargó a la empresa Goodyear (fabricante de neumáticos y artículos de caucho) que fabricara unos guantes de goma para la protección la piel de su ayudante. Tendría que ser una goma muy fina que les permitiese la fácil manipulación del material quirúrgico. ¡Qué curioso! este fue el origen de la utilización actual de los guantes de goma en los quirófanos, lo cual me lleva a otra historia del blog que protagonizó el misterioso Doctor Semmelweis, aquel húngaro que en el siglo XVIII detectó la importancia de lavarse las manos antes de intervenir a un paciente, a partir de entonces se salvaron muchas mujeres de las terribles fiebres puerperales.
Las aportaciones del Doctor William Halsted han sido determinantes para el desarrollo de la cirugía moderna con la sistematización de procedimientos para cirugía del sistema vascular, tiroides, hernia, cáncer de mama y la introducción de importantes aportaciones técnicas en el campo de los materiales de sutura y la asepsia.
Un último dato y acabo. No dejen escapar los temas correspondientes a la banda sonora de la serie escrita por Cliff Martínez, anacrónica e intemporal pero también, ¡brillante!