A finales del año 2011 se cumplió el centenario de la conquista del Polo Sur. El 14 de diciembre de 1911, el noruego Roald Amundsen alcanzaba por primera vez en la historia esta zona del planeta; 34 días más tarde, el 4 de enero de 1912, lo hacía el británico Robert F. Scott, viaje del que no regresaría jamás. Pero ¿qué sabemos de las expediciones fallidas al Polo Norte? resulta que a finales del Siglo XIX un hombre llamado Salomon Augusto André y dos compañeros más, Knut Fraenkel y Nils Strindberg, se hicieron famosos en toda Suecia por su fallida y fatal expedición en globo al Polo Norte.
El plan del viaje era un poco surrealista, pretendían sobrevolar el Polo Norte en un globo de aerostato de hidrógeno, cruzando el Océano Ártico hasta el Estrecho de Bering y aterrizar bien en Alaska, Rusia o Canadá. Hasta esa fecha, julio de 1897, nadie se había planteado una hazaña de semejante calibre, entre otras razones porque era demasiado arriesgada pero además también porque era imprescindible el completo dominio en el control del globo, hasta entonces utilizados tan sólo en travesías cortas.
El ingeniero Andrée inventó un método de control con cables de arrastre que se dejaban caer hasta el suelo, y cuya función consistía en impedir que el globo alcanzara la velocidad del viento, lo que permitía medianamente controlar el globo. A pesar de las muchas pruebas que se hicieron, el método no era particularmente fiable, lo cual no les garantizaba de antemano éxito en la expedición, pero lo más rocambolesco fue que el globo Örnen (El Águila), se llevó directamente a Svalbard desde su fábrica en París, sin haber sido probado antes...
Andrée, Strindberg y Frænkel salieron de de Danskøya (Svalbard) el 11 de Julio de 1897, a los tres días de permanecer en el aire, el globo comenzó a perder hidrógeno y se estrelló en el casquete polar. El accidentado globo quedó sobre la banquisa sin posibilidades de ser reparado. Los tres expedicionarios se enfrentaban a una cruda y extenuante realidad, dirigirse hacia el sur, a pie, sobre el hielo flotante, inadecuadamente vestidos, sin el equipo necesario y enfrentados a la dificultad del terreno. Su regreso fue en vano, los expedicionarios alcanzaron, agotados, la deshabitada isla de Kvitøya en las Svalbard, pero no consiguieron sobrevivir y murieron.
La expedición no fue planteada con los medios suficientes para salir adelante, contaba con conocimientos técnicos y científicos en muchas áreas, pero sus miembros carecían de la fortaleza y el entrenamiento físico necesario para sobrevivir en condiciones extremas. Los tres eran personas de oficina y laboratorio, gentes dedicadas al estudio y la investigación, con muy poca experiencia en travesías polares, exceptuando a Knut Fraenkel atleta acostumbrado a largas caminatas en la montaña. Los expedicionarios no llevaban ropas de piel sino abrigos de paño y pantalones con hule por lo que parecían estar siempre mojados, el clima húmedo y neblinoso del ártico no fue un buen aliado. Los cuerpos de los expedicionarios fueron encontrados 33 años más tarde de su desaparición, esto ocurrió en el año 1930 cuando se descubrió el lugar donde perecieron en Kvitøya, por las tripulaciones de dos barcos, el Bratvaag y el Isbjørn. Entre otros hallazgos se encontraron un diario y dos esqueletos, los cuales fueron identificados como los restos de Andrée y de Strindberg (por los monogramas en sus ropas). El tercero de ellos fue encontrado junto a varios artefactos, incluyendo una caja de estaño con las películas, bitácoras y mapas de Strindberg.