El alma que ha visto, lo mejor posible, las esencias y la verdad, deberá constituir un hombre, que se consagrará a la sabiduría, a la belleza, a las musas y al amor. Platón, Fedro o de la belleza.
Perhaps he knew, as I did not, that the Earth was made round so that we would not see too far down the road. Isak Dinesen
Sólo vemos lo que miramos. Mirar es elegir. John Berger
Y cogeré hasta el final de los tiempos, las plateadas manzanas de la Luna, las doradas manzanas del Sol. William Butler Yeats

miércoles, 5 de octubre de 2016

Viêtnam, la estela de un viaje





Cuando uno regresa de un viaje pasan dos cosas, la primera es que le cuesta deshacer la maleta o mochila, entre otras cosas porque en cuanto pisas el hogar el maldito bulto es arrojado al vacío durante días, y la segunda es que uno se pregunta si volverá a sentir las mismas sensaciones del viaje...que ya flotan en tu cabeza.
Yo tuve una especie de epifanía cuando visité el Viêtnam hace justamente quince años. Aquel viaje se mantuvo en mi mollera durante largos meses y largas charlas. No es que estuviera hablando del mismo cada vez que encontraba ocasión pero en cuanto podía, allá que metía baza. Que si Saigón, que si Hué, esa ciudad imperial bañada por el río Perfume y que tantas veces vi en la pantallas por la Chaqueta Metálica (1987), o la indescriptible Bahía de Ha-Long que sale en la película de Indochina (1992) y de la que me enamoré nada más verla. Ese era uno de los objetivos del viaje, la espectacular y soberbia Ha-Long Bay. 
Una vez te instalas al ritmo del calor sofocante comienzas a sentir "el horror" que se vivió durante las sucesivas guerras que han azotado el país y (o) en las batallas de Dien Bien Phu, la Ofensiva del Tet...o cómo se sentía Martin Sheen en Apocalypse Now (1979). Yo de todo esto deduje algo muy simple: en los hoteles, siempre tienes que pedir una habitación con fan (ventilador).
Mi viaje no fue una búsqueda obsesiva por los escenarios cinematográficos del país, lo cierto es que una vez allí parece que ya no recuerdas nada...y esto lo corroboro por toda esa cantidad de piña que eres capaz de engullir en cualquier playa bañada por el Mar de la China Meridional, o esas cigalas braseadas que se cuelan entre batidos de mango y agua de coco. O los paseos por las montañas de Sapa, ese mágico escenario de terrazas escalonadas. 
Al final todo eran sensaciones y mucho cansancio. No vamos a decir que viajar no contenga pequeñas dosis de fatiga e inconformismo que  te alejan de tu pack de confort diario pero está claro que hay que apostar por lo desconocido y para ir aún más lejos, en el Viêt la cerveza está casi o igual de buena que las cañas de Madrid. Tomarse una "ba-ba-ba" (en vietnamita significa 333 y que se toma en el Sur) o una "Tiger" (la cerveza del Norte), al atardecer, es todo un placer!
Han pasado quince años y sí, claro que los escenarios habrán cambiado, y el turismo se habrá vuelto más agresivo (dónde no lo es ya...) o que posiblemente para visitar la Bahía de Halong tengas que pedir turno. Los viajes se suspenden y flotan en un espacio y en un tiempo que ya no vuelve.

Cómo decía Heráclito: "Panta Rei" Πάντα ῥεῖ (todo fluye)

(A continuación he seleccionado unas cuantas fotos de mi viaje, para el que quiera deleitarse un rato)
 (pulsar sobre el título de abajo)











3 comentarios:

  1. Sólo un dato, Charlie Sheen estuvo en Vietnam pero por Platoon, no en la película de Coppola, se te ha escapado el nombre del hijo,era Martin.Un saludo

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    1. Gracias Musetta, voy a poner a padre e hijo en el sitio adecuado. Un saludo. Por cierto sigo tu blog, muy bien escrito, enhorabuena!

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    2. ¡Muchas gracias, Beatriche! En tu blog tratas temas muy interesantes y curiosos.

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