El alma que ha visto, lo mejor posible, las esencias y la verdad, deberá constituir un hombre, que se consagrará a la sabiduría, a la belleza, a las musas y al amor. Platón, Fedro o de la belleza.
Perhaps he knew, as I did not, that the Earth was made round so that we would not see too far down the road. Isak Dinesen
Sólo vemos lo que miramos. Mirar es elegir. John Berger
Y cogeré hasta el final de los tiempos, las plateadas manzanas de la Luna, las doradas manzanas del Sol. William Butler Yeats

martes, 5 de junio de 2018

The Alienist, una sombra detectivesca




Acabo de terminar la serie "The Alienist", un trabajo televisivo de lo más sugerente. Su título puede llevar a equívocos. No va de alienígenas, no es futurista ni tampoco va de ciencia ficción, todo lo contrario. Está ambientada en una de las épocas más excitantes para la Ciencia y la Humanidad, donde los cambios socio-económicos se precipitaron allá, a finales del siglo XIX.

In the 19th Century, persons suffering from mental illness were thought to be alienated from their own true natures. 
Experts who studied them therefore known as alienist.




En el New York 1896 cada uno se buscaba la vida como podía. En esta sociedad newyorquina sólo había dos clases sociales, los ricos y los pobres y para éstos últimos la vida podía suponer una auténtica tortura. El espacio-tiempo que envuelve la serie navega entre el delirio llevado a la locura y la deducción detectivesca al más puro estilo de Arthur Conan Doyle, lo que hace que los escenarios cobren vida tras la pantalla, ecuación básica para engancharte a sus diez capítulos de la 1º Temporada.
La acción como ya he dicho transcurre en New York, esa maravillosa ciudad que vio nacer el progreso. Las comunicaciones por barco entre el Viejo y el Nuevo mundo se daban la mano en la Isla de Ellis, esa puerta de entrada a inmigrantes de todas las nacionalidades, y así, entre unos y otros la titánica ciudad emergía al mundo.




Los protagonistas de la serie están bien perfilados. La actriz Dakota Faning interpreta a una secretaría de policía, guapa e inteligente que ya despuntaba como mujer independiente, con salario propio y vida propia, algo muy poco usual hasta recientes épocas. Dakota-Sara Howard en la ficcón-atrapa la atención del espectador. Su mirada, sus ojos y su silueta, hacen de su atractivo pieza angular de la trama, entre imágenes en claro oscuros y azules casi negros.
Como dato curioso no puedo dejar de mencionar al comisario de policía-interpretado por Brian Geraghty-cuyo personaje interpreta al mismísimo Theodore Roosevelt (1858-1919), aquel que en un futuro próximo se convertiría en el vigésimo presidente de los EE.UU (1901-1909). Líder del partido republicano, fundador del efímero Partido Progresista de 1912 y Premio Nobel de la Paz en 1906 (como le sucedió a Barak Omaba). Interesante apuesta introducir  un personaje real en una trama detectivesca.




El siguiente protagonista es John Moore-interpretado por Luke Evans-un auténtico dandi para la época. Guapo, con planta, elegante, vicioso y además ilustrador y testigo presencial en los escenarios de los homicidios y asesinatos de este Nueva York vesánico. Su presencia en la pantalla navega entre pinceladas de bondad y alguna que otra dosis desmesurada en placeres ocultos (véase glosario de términos de alcohol y drogas).
Y finalmente llegamos al tercer protagonista de la serie, Lazlo Kreizler-interpretado por el actor Daniel Brühl-un psicólogo de finales del siglo XIX, más conocido entre sus colegas como alienista-the alienist-como una persona que estudia las patologías mentales. Sus adelantos en las técnicas de investigación forense así como otras disciplinas emergentes en el estudio de la psicología hacen de su personaje un tipo transgresor y en ocasiones hasta odioso, aunque su atractivo resulta innegable. El encuentro entre los tres dan como resultado una serie absolutamente recomendable. Por cierto, la serie está basada en la novela homónima escrita por Caleb Carr. Mi recomendación es que la vean.





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