El alma que ha visto, lo mejor posible, las esencias y la verdad, deberá constituir un hombre, que se consagrará a la sabiduría, a la belleza, a las musas y al amor. Platón, Fedro o de la belleza.
Perhaps he knew, as I did not, that the Earth was made round so that we would not see too far down the road. Isak Dinesen
Sólo vemos lo que miramos. Mirar es elegir. John Berger
Y cogeré hasta el final de los tiempos, las plateadas manzanas de la Luna, las doradas manzanas del Sol. William Butler Yeats

miércoles, 27 de julio de 2022

Every day is like sunday (Morrissey dixit)


                                                               Bar El Coscorrón


Hay canciones que ya forman parte de una, como recuerdos pegados a la memoria: imborrables e imperecederos. 

En mi tiempo de universidad, pasábamos muchas noches en la barra de los bares, pegando saltos y bailoteando temazos como el "Caribou" de los Pixies, "I wanna be sedated" de los Ramones, "Immigrant song" de los Led Zeppelin o "Are you gonna be my girl" de los Jet.

Todo esto me viene porque anoche tuve un sueño muy gratificante: regresaba involuntariamente a revivir momentazos de este calibre en el que las risas lo inundaban TODO...fue maravilloso volver a bailar al lado de amigos que ya no están, que ya marcharon.

No soy muy de nostalgias, procuro dosificar los buenos momentos para que duren el doble y así, de esa manera, consiguen permanecer más tiempo en mi cabeza. Estas canciones de las que hablo fueron protagonistas de muchos encuentros, tertulias, abrazos, empujones, viajes, fueron las protagonistas de garitos legendarios como el "Cure", "El Pagés", "El Cienfuegos", "Sisabana", "El Indian", "El Salón", "La Noche", "El Hendrix"...y alguno que otro más, escondido en calles del Barrio o la Ruta de la Madera.

Los domingos y entre semana era habitual dejarse caer por el Coscorrón, una de los bares más antiguos del Barrio. Allí se iba a escuchar jazz del bueno, a beber las mejores cañas y mojitos de la ciudad.

El dueño del "Cosco"-como así lo llamábamos-era El Chule, un tipo entrañable, familiar, divertido..., en definitiva, el mejor jefe que podíamos tener. El cierre del bar, hace poco menos de dos años, ha supuesto toda una catástrofe para los amantes de la buena música, no solo en ciudades como Alicante, posiblemente la gentrificación y esa espeluznante manía de pasar el tiempo libre en los centros comerciales, han sido las/los culpables. 

No voy a extenderme mucho más contando batallitas nocturnas, dejo para otro momento de morriña la entrada de un monográfico dedicado al Cosco. Hasta entonces, disfruten de algunos de estos ¡temazos! inolvidables.

Au revoir :)











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